Aroa Jimenez entro desprovisto consentimiento en la agencia de la psicologa de el Ramon Carande con una risita desplazandolo hacia el pelo se sorprendio al ver a tantos pupilos americanos mirandola como si ella externamente un animal del z . Inmediatamente cerro la camino y no ha transpirado se marcho pero la psicologa le pidio que la ayudara asi como, todavia mismamente, fue reacia a formar pieza de la circunstancia desconocida. Entretanto la psicologa terminaba la introduccion, Aroa echaba unas miradas furtivas a los americanos. Luego sobre la entrada, los americanos siguieron a la psicologa a un aula. Habia alumnos por las pasillos en grupos diminutos cuchicheando e intentando mostrarse c l.